Los Maestros estamos buscando posibilidades para entrar en acuerdos de respeto y responsabilidad con nuestros estudiantes, pero cuánto tiempo debo esperar para que algunos de mis estudiantes logren ver que mi único propósito es permitirles un espacio para el buen ocio, si!, el ocio que produce, que les permitirá apreciar no solo la habilidad con el lápiz o los colores, es decir la técnica, sino que les abre la opción de mostrar en sus composiciones la habilidad que tienen para escuchar, y que les es posible la invaluable capacidad de observación del mundo que les rodea y darle a ese mundo una transformación desde nuevos criterios y propósitos.
Cada vez que un estudiante que se ha negado en varias o en casi todas las oportunidades, de expresar en esta forma de arte, como se siente, o cuál es su pensamiento acerca de algo, lo único que le pido es que lo intente, que esfuerce su voluntad y se permita hacer la actividad propuesta para la clase.
Cuando por asuntos de emociones, porque tuvo buen dormir o "está en la buena", y se abstrae de su poca voluntad , y llegamos a un acuerdo; lo intenta!, lo hace!, lo logra!, puedo y pueden ellos y ellas ver resultados casi siempre, sino siempre, inesperados que hacen que recuperen su sensible capacidad de asombro con ellos mismos y con su entorno y en ese nivel estos alumnos y alumnas son como cometas que solo necesitan que como mentora les suelte la pita, sin dejarle saber que todavía la sostengo.
Es así como estos estudiantes recuperan no solo una materia, sino que me permiten ver en sus ojos una luz de aceptación y confianza en ellos mismos. No solamente él y yo somos testigos de esta vivencia, también sus compañeros que le hacen saber en sus léxicos sus buenos logros, diciendo, al ver sus producciones, por ejemplo: "Uhy! que lujo!" o "Mero caramelo" o "Que pasta, parce" y entonces siento que todavía como maestra tengo algo por hacer.
Gracias por sus comentarios...
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